miércoles, 2 de julio de 2014

El hermano menor 1/3 (Daniela)



Ella se sentía somnoliente y con la cabeza echa una esfera de dolor, todo su entorno tenía una iluminación rojiza

-Que diablos es esto- se preguntó para sus adentros. Observo su alrededor y recordó que ya había estado en esa habitación antes.

Intento moverse, pero ninguna de sus partes reacciono.

–Donde demonios estoy- gruño rabiosa.

Intento abrir nuevamente los ojos pero un líquido sanguinoliento se lo impedía. Lucho con todas sus fuerzas pero fue en vano. Se sentía muerta, parte de ella aún estaba consciente y sabía que se encontraba en una habitación donde ya había estado con anterioridad.

Su piel era nívea y fría, tenía un aspecto majestuoso proporcionado por el fino vestido de novias que traía puesto, era blanco y poseía unos detalles negros bordados con hilo de plata. Sus zapatillas combinaban perfectamente con el tono de su sostén; y en la cabeza llevaba una corona de cristal que destellaba mil tonalidades de rojo, todo eso, debido a la iluminación.

De pronto, escucho un sonido rechinante proveniente de un costado de la habitación, como pudo, abrió los ojos y observo fijamente.

El salió del baño mostrando su piel bronceada y suave, tenía unos brazos robustos como arboles jóvenes, sus piernas eran largas y torneadas; sus glúteos firmes y abultados. Su miembro le colgaba como un pesado trozo de carne, que se mecía al ritmo de su marcha, lenta y solemne. Levanto la vista y allí estaba ella, clavada sobre un pentagrama en la pared principal. Richard río morbosamente, sujeto su verga erecta, la acaricio con armonía un par de veces y se la ofreció a su bella dama.

-Hijo de puta- dijo una vocecilla a su espalda. –Deja que yo de los honores-

-Como se te ocurre, ese honor me corresponde a mí por derecho- Gruño rabioso.

-En ese caso, yo le doy por delante y tú por atrás, esta maldita pronto volverá de la otra vida- añadió la vocecilla a su espalda.

-Apresúrate crío mal nacido, aun me pregunto cómo puedes pensar de esa manera con tus ocho años de edad…

Calla –Le interrumpió bruscamente, cuando escucho unos pasos que se asomaban desde la oscura noche-